La prolongada sequía deja los embalses de España casi vacíos

La sequía prolongada y el calor extremo, que hicieron el pasado mes de julio, el mes más caluroso en la Península Ibérica desde al menos 1961 han dejado las reservas de agua de España prácticamente vacías. Las imágenes de drones de Reuters muestran escenarios sombríos.

Un rebaño de ovejas se resguarda del abrasador sol de mediodía bajo los arcos góticos del puente medieval de La Mesta. Esta parte del centro de España se inundó en 1956 para crear el embalse de Cíjara, pero ahora es casi inexistente. La severa sequía dejó el embalse vacío en un 84%.

En el embalse de Buendía, al este de Madrid, han reaparecido las ruinas de un pueblo cubierto de barro seco. En otro embalse cercano a Barcelona ha surgido una iglesia románica del siglo IX, aún intacta.

En el sur de Andalucía, uno de los más cálidos y secos de Europa, barcos y toboganes yacen abandonados en el lecho agrietado del embalse de la Viñuela, restos de un desaparecido comercio con el agua, hoy en un nivel crítico del 13%.

La situación es bastante dramática. Durante varios años sin lluvia, hemos tocado fondo, lamenta el propietario Francisco Bazaga. Si no llueve, a menos que encuentren otro suministro de agua, el futuro es muy, muy sombrío.

La sequía prolongada y el calor extremo, que convirtieron el pasado mes de julio en el mes más cálido en la Península Ibérica desde al menos 1961, dejaron los embalses de España a solo el 40 % de su capacidad media a principios de agosto, muy por debajo de la media de un período de diez años en alrededor del 60 %, según a los datos oficiales.

“Estamos en un año particularmente seco, un año muy difícil que confirma las predicciones de los escenarios de cambio climático”, dijo la ministra de Energía, Teresa Ribera.

El funcionario señaló en una conferencia de prensa el lunes que la sequía también está contribuyendo a los devastadores incendios forestales.

El cambio climático está dejando partes de la Península Ibérica en el período más seco en 1.200 años, y se espera que las precipitaciones invernales disminuyan aún más, según mostró un estudio publicado el mes pasado en la revista Nature Geoscience.

Lo más probable es que el clima seco y cálido continúe hasta el otoño, según el servicio meteorológico español AEMET.

Leticia Peguero

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