Los arqueólogos han descubierto los restos de una posible familia de 12 neandertales asesinados hace 49.000 años en una cueva en la región de Asturias, en el norte de España.

Según los investigadores, las marcas en los huesos muestran signos de actividad caníbal, lo que indica que los individuos encontrados fueron devorados por otros neandertales.

Los detalles del descubrimiento se publicaron en la última edición de la revista especializada Proceedings of the National Academy of Sciences.

Aunque dentro de la cueva se encontraron fragmentos de huesos de seis adultos y seis niños, los arqueólogos creen que vivieron y murieron en la superficie, pero fueron envueltos por la cueva después de un colapso.

“Todos muestran signos de canibalismo. Tienen marcas de corte en varios huesos, incluidos cráneos y mandíbulas”, afirmó el arqueólogo Carles Lalueza-Fox, del Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona, ​​que coordinó el estudio.

«Los huesos largos fueron fragmentados para extraer la médula, por lo que todos los signos de canibalismo descritos en otros sitios neandertales están presentes en estos individuos», dijo.

Familia
La conclusión de que el grupo era una familia provino del análisis del ADN mitocondrial, el material genético que se encuentra en las células animales y que se transmite a través de la línea femenina.

Los datos genéticos sugieren que, si bien los tres machos adultos del grupo tenían el mismo linaje materno, las tres hembras del grupo tenían orígenes maternos diferentes.

Según los investigadores, esto demostraría que al menos en esta familia de neandertales las hembras procedían de fuera del grupo, mientras que los machos permanecían en el grupo familiar hasta la edad adulta.

Este patrón de la llamada «patrilocalidad» es común en algunas culturas modernas, señala Lalueza-Fox, donde los hombres permanecen en el hogar familiar después de casarse con una mujer de otro grupo.