TAP rechazó este martes la injerencia del presidente ejecutivo en la contratación de un nuevo consejero, a pesar de una «relación personal reciente», y destacó que Isabel Nicolau cuenta con «dos décadas de experiencia contrastada» al frente de equipos en empresas de ingeniería.

“A principios de octubre contratamos a un nuevo director de procesos, ‘inmobiliaria’ [imobiliário] y sustentabilidad, con más de dos décadas de experiencia liderando equipos técnicos y comerciales en empresas de ingeniería”, comenzó refiriéndose al comité ejecutivo de TAP, en un memorando enviado a los empleados, al que tuvo acceso Lusa.

En cuestión, el nuevo avance de hoy por parte de algunos medios, informando de la contratación de un nuevo director para la aerolínea en reestructuración, sin experiencia en el campo de la aviación y que sería amigo de la presidenta (CEO), Christine Ourmières-Widener.

“El proceso de selección estuvo a cargo exclusivamente del respectivo administrador del departamento y director de RR.HH., con tres candidatos entrevistados para este cargo, sin que el actual director ejecutivo tuviera ningún aporte en la decisión”, se lee en el comunicado de la misma nota.

La Comisión Ejecutiva ha señalado que “sin embargo, debido a que esta nueva directora tiene una relación personal reciente con el actual Consejero Delegado, su contratación está asociada a este hecho, que se rechaza”.

En la nota remitida a los trabajadores, la empresa especifica también que la cifra de 15.000 euros mencionada para el nuevo salario del consejero, que se ha adelantado en la noticia, “no se corresponde con la realidad, siendo sensiblemente inferior”.

TAP recordó que el proceso de reestructuración de la compañía tiene «objetivos bien establecidos que deben alcanzarse para asegurar la sostenibilidad de la compañía», por lo que el equipo directivo «ha puesto a disposición de las distintas estructuras de la compañía las competencias necesarias, ya sea en áreas que beneficien de la experiencia del sector de la aviación o en áreas que se enriquecen con habilidades funcionales de otras industrias”.

“Es natural que este proceso de transformación de TAP -que está en marcha- encuentre resistencias, pero la empresa no puede dejar de tratar como tales las reacciones de explotación ilegítima y difamación”, concluyó el Comité Ejecutivo.