Una española de 87 años, nacida en Granada pero residente en Valladolid, España, logró localizar hace aproximadamente un mes, en Vila Nova de Paiva, en el distrito de Viseu, a su hermano, de 74 años, desaparecido desde 2001. El encuentro solo ha sido posible gracias a las gestiones realizadas por las autoridades españolas en colaboración con sus homólogas portuguesas en los últimos años.
Según la familia, Pastor Virgílio Romero desapareció voluntariamente a finales de diciembre de 2001 y no fue hasta diez años después, en 2011, cuando se renovó un documento en Portugal, cerca de la frontera con Salamanca, que los familiares recibieron pistas sobre la posible ubicación de su familiar. Sin embargo, sin poder localizarlo con precisión, sor Dolores Moreno decidió presentar una denuncia en agosto de 2016 en la comisaría de policía española de Delícias, en Valladolid.
Gracias a las gestiones realizadas, las autoridades lograron ubicar, el 30 de junio, a Virgílio en buen estado de salud en Vila Nova de Paiva, donde actualmente realiza labores de crianza. Contactada por JN, la Guardia Nacional Republicana (GNR) confirmó las gestiones entre los dos países y precisó que, gracias a los sistemas de intercambio de información entre las policías, los soldados de la GNR del puesto territorial de Vila Nova de Paiva supieron de la desaparición. “Tras las investigaciones policiales se pudo determinar que el hombre residía, desde 2009, en la zona de Vila Nova de Poiares, y que se habría radicado allí por voluntad propia y que con el tiempo, se ha perdido el contacto con sus familiares”, dijo la mayor Mafalda Gomes de Almeida.
Después de dar su consentimiento a las autoridades para proporcionar su número de teléfono celular y ubicación, los dos hermanos se reunieron el 2 de julio.
“Él es así, y tampoco nos explicó mucho, pero la verdad es que a mi mamá se le quitó ese pesar de que tenía que saber si estaba vivo y si estaba bien, y eso es lo más importante. cuenta el hijo de Dolores al diario español ‘El Norte de Castilla’.
“Siempre tuvo una vida muy errante, de aquí para allá con el ganado, y parece que se acaba de ir y durante trece años vivió con una familia portuguesa, que lo acogieron como si fuera su propia familia”, agregó.
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