Un dolmen que dataría del año 5000 a.C. AD y una iglesia del siglo XI que hasta ahora estaba sumergida ha quedado expuesta y accesible a los visitantes debido a la extrema sequía que ha vivido España.
Nada positivo sale de la severa sequía que afecta a gran parte del territorio europeo, o al menos esa es la idea. Sin embargo, a nivel arqueológico, este no es el caso. Hay varios casos conocidos de monumentos, pueblos y edificios antiguos que quedan expuestos debido al bajo nivel del agua de las presas, ríos y lagos.
Esto es exactamente lo que sucedió en España. Un monumento prehistórico, comúnmente conocido como dolmen, ha reaparecido en el paisaje del embalse de Valdecañas, en la ciudad de Cáceres en España. Este curioso monumento fue descubierto en 1926, pero fue sumergido en 1963 durante la construcción de la presa.
Desde entonces, ha resurgido solo cuatro veces, lo que hace de su aparición algo interesante y atractivo para turistas y aficionados.
Pero, ¿qué es un dolmen? Un dolmen es un monumento megalítico, considerado una construcción común de los períodos Neolítico y Edad del Bronce. Se caracteriza por al menos dos grandes piedras colocadas verticalmente que sostienen una gran piedra horizontal.
Estudios y hallazgos de restos mortales en varias instancias indican que esta construcción sirvió como tumba para seres humanos.
Dado que la Presa de Valdecañas sufrió un importante descenso de capacidad, el también conocido como Dolmen de Guadalperal ha resurgido y ya está a disposición de todo aquel que desee desplazarse hasta el lugar para visitar el monumento que, de revertirse la situación de sequía, podría no ser accesible . en el futuro cercano.
iglesia del siglo 11
En otra región del país vecino, concretamente en Cataluña, surgió una iglesia que data del siglo XI y fue descubierta también a causa de la fuerte sequía.
El embalse de Sau, como tantos otros, ha sufrido una gran disminución de la cantidad de agua almacenada, lo que ha hecho que una iglesia de unos mil años de antigüedad llene el paisaje de la región española donde se ubica.
Este monumento, de 23 metros de profundidad, estuvo sumergido durante 60 años y se exhibió por última vez en 2005, cuando España también atravesaba una sequía extrema. como explica El País.
La Iglesia de Sant Romà de Sau vuelve a salir a la superficie después de que el embalse en el que se ubica alcanzara el 37% de su capacidad total. Esta es la razón que motiva a muchos visitantes a visitar el monumento románico lombardo.
Esta iglesia fue objeto de una intervención en 1999 con el objetivo de conservar y mejorar su estructura, que estaba dañada y en grave peligro de derrumbe.
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