Doscientos cincuenta soldados portugueses y españoles participaron este miércoles en un ejercicio internacional en Mafra. El objetivo es poner a prueba las capacidades de defensa nuclear y radiológica de ambos países en tiempos de guerra.
Durante cinco días tiene lugar en Mafra un entrenamiento conjunto entre el ejército portugués y el ejército español. Los dos soldados ibéricos hacer frente a escenarios de sospecha de contaminación radiactiva y también a un terremoto de gran magnitud. Estos cursos de formación, realizados por los 250 soldados, se centran en fortalecer las capacidades de defensa nuclear, biológica, química y radiológica de los dos países en tiempos de guerra.
Aunque todo es solo una prueba, la demanda es alta. Las fuerzas armadas deben actuar con rapidez para identificar y mitigar las graves consecuencias adversas para la seguridad y la salud humanas.
A diferencia de Portugal, en España, la legislación no permite realizar ejercicios con agentes radiactivos reales. Por ello, las tropas del país vecino deben viajar a territorio nacional para realizar este tipo de entrenamiento, un factor beneficioso según los militares españoles.
«Es una motivación y algo que nos prepara mejor», dijo Álvarez Esteban, un soldado español que participa en los ejercicios.
En Mafra, sobre el terreno, hay 20 entidades, como Protección Civil y la Agencia Portuguesa de Medio Ambiente por décimo año consecutivo.
«Lector devoto. Pensador. Orgulloso especialista en alimentos. Malvado estudioso de Internet. Practicante de tocino».