En la consulta geriátrica es frecuente encontrar pacientes con demencia desde hace varios años que nunca han sido diagnosticados; a veces han estado tomando medicamentos para la demencia durante muchos años y el paciente o la familia nunca han oído hablar de la demencia; sin embargo, a menudo confiesan que «ya sospechaban»
Por Sofía Duque *
Hace aproximadamente 1 año, para el Mes del Alzheimer, estaba escribiendo sobre las señales de advertencia de la demencia y la importancia del diagnóstico temprano. Este tema sigue siendo relevante, pero este año la Federación Internacional de la Enfermedad de Alzheimer ha decidido centrar su campaña anual en la importancia de apoyar a las personas con demencia y a sus familias tras su diagnóstico, bajo el lema «¡Juntos podemos hacer mucho!». «.
Este eslogan me llevó de inmediato a las clínicas geriátricas donde se hacen cargo tantas personas con demencia, generalmente acompañadas de sus familiares y cuidadores. ¡Y hay varios temas destacados en esta consulta en personas con demencia y sus familias!
Creyendo que el reconocimiento de estos problemas puede ser el punto de partida para el cambio, por ello es importante reflexionar sobre ellos, a veces poniendo el “dedo en la llaga” e incluso admitiendo la insuficiencia de nuestros servicios sanitarios y sociales, de colectivos a individuales. colectivo profesional.
En la consulta geriátrica es frecuente encontrar pacientes con demencia desde hace varios años que nunca han sido diagnosticados; a veces han estado tomando medicamentos para la demencia durante muchos años y el paciente o la familia nunca han oído hablar de la demencia; sin embargo, a menudo confiesan que “ya sospechaban”…. En una clínica todavía paternalista, la omisión del diagnóstico, en lugar de ser protectora, puede ser perjudicial. Sin diagnóstico, es imposible anticipar problemas o planificar para el futuro. Cuando surgen problemas, son incluso más traumáticos que si se esperaran. Del mismo modo, la implementación de estrategias para mantener las capacidades cognitivas remanentes se ve comprometida por la ausencia de un objetivo claro. Es fundamental superar el tabú del diagnóstico de demencia y formar la comunicación del diagnóstico, aprovechando el momento para explicar la historia natural de la enfermedad, el tipo de complicaciones que pueden presentarse, pero también las estrategias existentes para mitigarlas. . Y en ese momento, expresar nuestro apoyo, ahora o más tarde.
Los profesionales sanitarios que acompañan a los pacientes con demencia pueden educar a los cuidadores sobre posibles cambios de comportamiento, desde apatía hasta agitación, cambios dietéticos y nutricionales, cambios en el ritmo circadiano como insomnio e inversión del ciclo sueño-vigilia, etc. ¡Informar sobre el pronóstico de la demencia no debe ser visto como una predicción de una tragedia! Más bien, debe verse como una oportunidad preventiva y un incentivo para adquirir habilidades específicas que faciliten el manejo de los problemas cuando se presenten.
Los pacientes con demencia a menudo tienen condiciones crónicas que pueden interferir con la función cognitiva; por otro lado, el control de enfermedades crónicas puede estar condicionado por la existencia de demencia. Los ancianos con demencia y otras enfermedades diversas se benefician inequívocamente de ser acompañados en una consulta geriátrica, en la que se concilian diagnósticos y tratamientos en la dirección de un mejor equilibrio, cognitivo y funcional.
Muchos desafíos de diagnóstico surgen de los problemas de comunicación de las personas con demencia o incluso de su incapacidad para interpretar los síntomas, ya sean físicos o psicológicos y emocionales. Sin embargo, encontrar una enfermedad y tratarla puede ser clave para mejorar el bienestar de una persona con demencia. El geriatra con una visión general del paciente en su conjunto está en una posición única para diagnosticar y tratar.
En geriatría se valora la multidisciplinariedad de las intervenciones, con el fin de ofrecer un abordaje holístico de los problemas, metodología clave en el manejo de los pacientes con demencia. De hecho, varios profesionales de la salud ¡Juntos pueden hacer mucho! Desgraciadamente, hoy en día, el acceso a la estimulación cognitiva, la terapia ocupacional y la actividad física adaptada sigue siendo privilegio de los pudientes, y no una práctica generalizada. La movilización de los recursos sociales a veces es tan compleja que muchas personas mayores se ven privadas de las necesidades básicas de supervivencia.
Siendo la calidad de vida y el bienestar los objetivos primordiales de la geriatría, en la trayectoria del paciente con demencia se tendrá en cuenta en algún momento su seguridad y la de los demás. Los dilemas éticos reales deben abordarse de manera pragmática, como continuar conduciendo, quedarse en casa o salir solo, entre otros. Son temas que se evalúan con frecuencia en una consulta geriátrica, con el fin de garantizar el mejor interés del paciente, quien muchas veces también mira al cuidador y echa una mano en caso de sobrecarga física y emocional.
Solo me queda esperar que, dentro de al menos 10 años, la mayoría de las personas mayores con demencia tengan acceso a una consulta geriátrica, como es el caso de España, Francia, Bélgica, Holanda, Reino Unido, entre otros.
* Coordinador del Centro de Estudios Geriátricos de SPMI – Sociedad Portuguesa de Medicina Interna. Artículo con el pretexto del Día Mundial del Alzheimer, que se celebra el 21 de septiembre
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