En las elecciones españolas, la unión de partidos de derecha y extrema derecha obtuvo escaños en el Parlamento. Pero la formación del nuevo gobierno requerirá numerosas negociaciones políticas.

Una victoria que no es una. De hecho, esto se considera una derrota. Oh Partido Popular, de derechas, ganó las elecciones en España. Pero no obtuvo la mayoría necesaria para formar gobierno. Con su aliado de extrema derecha VOX, tiene 169 escaños en el Parlamento, siete menos de los necesarios.

VOX está en contra de las leyes que protegen a las mujeres y en contra de la igualdad de derechos para la comunidad LGBTQIA+. La presencia de VOX sería la primera participación de la extrema derecha en el gobierno desde el fin de la dictadura de Franco y el regreso de España a la democracia en los años 1970.

El partido quedó tercero en las últimas elecciones, pero perdió 19 parlamentarios en las elecciones del domingo (23). Pese a ello, el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, dijo estar convencido de que se podrá formar un gobierno estable.

Para el politólogo Miguel Murado, esto está fuera de discusión. La alianza con VOX dificultará conseguir el apoyo de otro movimiento político.

«La acción se dirige ahora hacia el bloque de izquierda, que está al filo de la navaja, pero que puede permanecer en el poder», afirmó el politólogo Miguel Murado.

Los socialistas gobernantes y el partido de extrema izquierda Sumar obtuvieron 153 escaños.

El primer ministro Pedro Sánchez, del Partido Socialista Obrero Español, está negociando ahora el apoyo de los separatistas vascos y catalanes -como lo hizo después de las elecciones de 2019- y ha cantado la victoria de la izquierda.

“Somos muchos más los que queremos que España siga avanzando”, afirmó Sánchez.

El Parlamento tiene ahora tres semanas para reunirse y elegir un líder interino. El rey Felipe VI se reunirá con Sánchez y Feijóo e invitará a uno de ellos a formar el nuevo gobierno. Lo que nadie quiere son nuevas elecciones en Navidad.