En su programa de gobierno, el presidente Jair Bolsonaro (PL), candidato a su reelección, afirma que la «estrategia de inclusión y el combate a la informalidad deben considerar alternativas contractuales inteligentes, (…) incluyendo trabajadores bajo demanda». En abril, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales anunció que el gobierno pretendía regular este año este tipo de trabajo, bajo una modalidad propia, separada de la Consolidación de las Leyes Laborales (CLT), pero con el pago de aportes a la seguridad social.
“Me gustaría que esté diseñado a fines de 2022, pero no podemos tener prisa, hay que estar tranquilo para diseñar una política que haga que esa entrega vuelva a la sociedad”, dijo el ministro José Carlos Oliveira.
El PT Luiz Inácio Lula da Silva, que lidera las encuestas de intención de voto, dice en su programa que propondrá nueva legislación laboral, con «especial atención» a los trabajadores «mediados por aplicaciones y plataformas». Wanted, la campaña no detalló la propuesta para esta categoría.
La campaña de Ciro Gomes (PDT) propone una legislación que atienda tanto a los trabajadores que ven la actividad como un pago extra como a los que quieren establecer un vínculo formal. “Debe haber dos posibilidades para que el trabajador elija, individualmente, la que prefiera: una relación laboral normal, con un contrato formal en los moldes actuales, o una forma de registro que permita una operación flexible”, dice Nelson Marconi, ejecutivo de gobierno coordinador.
Aunque no menciona específicamente a los trabajadores encargados de hacer cumplir la ley en su programa de gobierno, Simone Tebet (MDB) dice que serán apoyados por la creación del programa Poupança Seguro Família. “El gobierno destinará el 15% de los ingresos declarados de estos trabajadores para establecer una cuenta de ahorro, de la que podrán retirar recursos hasta dos veces al año en épocas de disminución de los ingresos”, dice la campaña.
El vicepresidente de la Asociación de Conductores de Apps de São Paulo, Raniel de Queiroz, defiende normas que mantengan la libertad que hoy tienen los conductores. “No queremos lazos sociales, porque se están endureciendo. MEI es una alternativa más viable y trae beneficios, como la seguridad social”.
La Associação Brasileira de Mobilidade e Tecnologia (Asociación Brasileña de Movilidad y Tecnología) afirma que las plataformas asociadas «apoyan la inclusión de los trabajadores de plataformas de movilidad urbana en el sistema oficial de seguridad social» y «defienden como premisa que el debate considere la dinámica del nuevo trabajo relaciones».
Los países confían en un modelo intermedio
La regulación de las relaciones laborales a través de las solicitudes de empleo es un tema global. En un intento de garantizar tanto la protección social de los trabajadores como la seguridad jurídica de las empresas, algunos países han creado categorías jurídicas intermedias entre los trabajadores por cuenta ajena y los autónomos, que, sin embargo, están lejos de poner fin a los debates sobre la cuestión.
Estudio realizado por FGV Direito-SP, que será presentado mañana en evento del Consejo de Empleo y Relaciones Laborales (Cert) de FecomercioSP, obtenido por la Estadioevaluó modelos adoptados en el Reino Unido y España, así como en el estado estadounidense de California.
En California, una ley aprobada en 2021 designó a los conductores de aplicaciones y repartidores como contratistas independientes, que trabajarían por cuenta propia con ciertos beneficios, como un seguro de accidentes y una cantidad mínima acorde con el tiempo trabajado. Posteriormente, la ley fue declarada inconstitucional y aún es objeto de apelaciones y debates en los tribunales.
En el Reino Unido, el mismo año, una demanda contra Uber terminó en la Corte Suprema. La decisión clasificó a los conductores como trabajadores, también una categoría intermedia, que permitía a los trabajadores disfrutar de beneficios como salarios mínimos por hora, vacaciones y descansos. El Tribunal Supremo concluyó que había indicios suficientes que indicaban la subordinación de los conductores a Uber para caracterizar una relación laboral, descartando la hipótesis de una relación puramente civil o comercial.
En España se aprueba la Ley Rider, limitada a los mensajeros. Establece la presunción de empleo e impone a la empresa la obligación de informar sobre los algoritmos que operan en la gestión del trabajo. Si bien nació de un proceso de diálogo entre trabajadores y plataformas, posteriormente se ha cuestionado mucho la representatividad de las entidades que participaron en él.
Caso de ley
“En la literatura internacional tenemos intentos y modelos, pero siempre con mucho vaivén: prueban una cosa y luego vuelven…”. Hasta tal punto que, en todo el mundo, gran parte de la regulación se hace por la jurisprudencia, por las sentencias de los jueces”, agrega (leer más al margen).
La jefa del estudio, Olívia Pasqualeto, investigadora de la FGV, cree que todavía es necesario avanzar en el tema de la seguridad social. «Dans les cas analysés, le souci de décider quelle est la nature juridique de la relation entre le travailleur et la plateforme est plus évident que la question de la sécurité sociale, comme la sécurité sociale, qui est quelque chose d’important», dit -Él.
Todavía en un intento de aprender de la experiencia internacional, enfatiza la necesidad de mirar más allá de los conductores y repartidores. “Hay muchas otras actividades mediadas por las plataformas: servicios domésticos, servicios de belleza, entretenimiento”, dice. «Si queremos regular este tema de una manera más sostenible, también debemos mirar a estos otros trabajadores».
La información proviene del periódico. Estado de Sao Paulo.
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