Los sueños de una vida más cómoda para los españoles se reviven el 22 de diciembre de cada año. El Gordo, el nombre de la lotería navideña de “nuestros hermanos”, es un evento nacional y pocos son los escépticos que logran sortear la lotería.
En cada calle y en cada esquina hay pequeños quioscos que sirven de intermediarios de los millones de euros que se recaudan cada año. Hace un año, el número 86.148 valía cuatro millones de euros, el mayor premio de 2021.
Un año después, los números vuelven a girar en las dos tómbolas: por un lado, las bolas con los números de los afortunados y por el otro, el premio correspondiente. Todos dibujados al mismo tiempo. Esto significa que durante horas y horas la mayoría de los españoles tienen un solo ojo, o un oído, para el anuncio de los ganadores.
La tradición es para todos los gustos: unos comparten los décimos con sus amigos y familiares, otros apuestan siempre al mismo número y todavía hay quien deja la elección al criterio del vendedor.
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A medida que se acerca la fecha del sorteo, las colas en las administraciones de loterías aumentan cada día que pasa. Doña Manolita, en Madrid, es famosa por repartir los mejores premios del país.
Más que un sorteo, El Gordo es una de las tradiciones más arraigadas de la época navideña española. Este año, el mayor premio es de 12,5 millones de euros y se anunciará a la hora del almuerzo.
Pero, si no sale, lo que importa es la creencia de que será el próximo año.
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