El fenómeno es nuevo en España y es calificado por ‘El País’ como un “sistema fiscal bipolar”. Como escribe el periódico español, Portugal “ha estado practicando una competencia fiscal agresiva desde 2009 para atraer inversiones e ingresos extranjeros, al tiempo que impone un ‘impuesto de solidaridad’ a los portugueses que ganan más de 80.000 euros al año”.
En 2009, bajo el gobierno del socialista José Sócrates, se aprobó el régimen regular para no residentes. El objetivo era estimular el consumo y la inversión inmobiliaria gracias a la exención fiscal de los extranjeros jubilados que se instalaran en Portugal. Hasta entonces, ningún estado de la Unión Europea había llegado tan lejos. Además de esta medida, para atraer a profesionales extranjeros altamente cualificados, el régimen portugués ha establecido un tope máximo de devolución del IRS del 20% durante 10 años.
Desde entonces, se han introducido algunos cambios fiscales debido a la presión internacional. Finlandia y Suecia, por ejemplo, terminaron rompiendo acuerdos internacionales con Portugal y obligaron a los ciudadanos de ambos países a pagar impuestos en sus países de origen.
Mientras que en 2020 Portugal mantendría el 10% de las pensiones extranjeras, los gobiernos nórdicos no han aceptado esta desigualdad. La crítica al sistema fiscal salió de la voz de la propia Primera Ministra sueca, citada en el diario «El País». “Si un paciente sueco y un paciente portugués estuvieran juntos en un hospital portugués, los portugueses pagarían impuestos por ambos porque los suecos tienen todos los derechos sin tener que pagar impuestos. Es fascinante que esto sea aceptado por los portugueses”.
El diario español ‘El País’ añade que la competencia fiscal para atraer inversión extranjera también incluye la concesión de visas doradas a los extranjeros y la exención de impuestos a los inversores en criptomonedas.
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