Valencia, ciudad española (de origen romano) situada frente a las Islas Baleares, es la tercera ciudad más grande de España, tras Madrid y Barcelona, con una población de 814.000 habitantes y unos cinco millones en toda la provincia. Los nativos tienen dos idiomas oficiales, el castellano y el valenciano, que los niños aprenden simultáneamente en la escuela desde una edad temprana.
En mayo la temperatura ya es alta y permite bonitos días de playa, si no fuera por una auténtica ciudad mediterránea, llena de calor, palmeras, playas, pescados, mariscos, cerveza y, por supuesto, paellas, muchas y variadas. paellas, de todo tipo y forma, siendo la calidad muy variable dada una oferta tan diversa y ubicua.
La playa ubicada en el corazón de la ciudad es enorme, con arena extensa, desde el hermoso paseo marítimo, lleno de tiendas, restaurantes y bares, que luego se extiende por varios kilómetros de costa.
La ciudad es plana y se puede explorar fácilmente a pie, en bicicleta o en scooter. Los carriles para bicicletas están en todas partes y siempre muy ocupados. La estación se encuentra justo en el centro de la ciudad. El metro va al aeropuerto. El vuelo de Oporto a Valencia dura aproximadamente una hora.
Valencia es España y el Mediterráneo, así que terrazas, buena temperatura, noches cálidas, buenas tapas y snacks, cerveza y vino, mucha conversación, mucha convivencia, un poco de turismo. LA horchata es una bebida típica valenciana, una bebida vegetal sin alcohol, blanca y fresca, producida a partir de un tubérculo (chufa), de origen africano, cultivado en el casco urbano. El Agua de Valencia es otra bebida típica local, alcohólica, con zumo de naranja, ginebra, vodka y cava. Se debe beber frío y con moderación, preferiblemente en el Café de Las Horas, en la zona céntrica de la ciudad.
El centro histórico de Valencia es monumental, como en gran parte de España, predominando las estrechas calles medievales, con iglesias, catedrales, palacios, casi en cada esquina, alternando con agradables plazas, llenas de explanadas y movimiento, gente, música callejera.
La ciudad estaba atravesada por el río Turia, que periódicamente se desbordaba. En 1957, la inundación fue muy violenta. El río Turia sumergió alrededor del 75% de Valencia. Había que acabar con este problema estructural. La decisión tomada fue radical. El río fue completamente desviado y dejó de fluir a través de la ciudad. Su lecho, ahora seco, fue reemplazado por un enorme parque de ocio. El verde reemplazó al azul. Actualmente hay un parque verde donde durante siglos hubo un río. Una bandera verde que atraviesa toda la ciudad. Una singularidad valenciana, donde los autóctonos caminan, corren, andan en bicicleta, descansan, hacen deporte, respiran aire puro. La naturaleza que atraviesa la ciudad. El jardín urbano más grande de España, diez kilómetros de largo.
En este nuevo y original parque verde también se ha construido una Ciudad de las Artes, implementando un proyecto diferenciador y de fomento del ansiado turismo, diseñado por el arquitecto valenciano Santiago Calatrava. Una ciudad del futuro, en algún lugar del río verde, compuesta principalmente por cuatro edificios modernistas: Oceanario, Palacio de las Artes, Museo de las Ciencias y Ágora (espacio polivalente). Todo ello rodeado de un sorprendente y muy agradable espacio exterior, donde el agua se mezcla con la típica y exuberante arquitectura de Calatrava.
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