Letizia Ortiz lo tenía todo para ser la reina tan deseada por los españoles. Bella y elegante, una cara familiar en la televisión, moderna y empolvada y, además, más común. Un factor de identificación con la mayoría de la población dando esperanzas de que los cuentos de hadas son posibles. Sin embargo, la fuerte personalidad del ex periodista de TVE lo estropeó todo el 1 de noviembre de 2003, cuando fue presentada como esposa del Príncipe de Asturias. La actitud grosera que tuvo frente a las cámaras porque Felipe no se llevaba bien con nadie. Rápidamente nos dimos cuenta de que la futura princesa era una mujer decidida que nunca aceptaría estar a la sombra de su marido. Era lo opuesto a la suegra, Reina Sofía. Una mujer sumisa que a lo largo de los años siempre se ha mantenido cerca de Juan Carlos.
Los españoles no tardaron en darse cuenta de que Letizia no tardaría en dar un giro drástico en la huella dejada por la Reina Emérita. La mujer por la que Felipe amenazó con renunciar al trono también fue percibida como «ambiciosa, fría, calculadora, poderosa».como lo describe Ángela Portero, la polémica biógrafa que escribió ‘Tu Seras Mi Reina: Letizia Ortiz, Una Periodista Camino al Trono’. Pero si a la gente no le gustó el papel secundario que eligió Sofía, tampoco le gustó la personalidad mandona y la manía por todo el control de la ex periodista. Además, la familia real no facilitó sus primeros años como princesa. Aprendió todo de la manera difícil y no le gustaba aceptar consejos. Y, por eso, cometió muchos errores de etiqueta y protocolo (todavía los comete hoy). razón suficiente para ser arrasado y desechado por la élite aristocrática española. Resistió y no se debilitó. Prometió vengarse de cualquiera que se riera de él.
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La Reina de España vuelve a ser duramente criticada por no llevarse siquiera la copa a los labios durante un brindis oficial en Andorra.
CÓMO SE TRANSFORMÓ
Si Letizia ya era una mujer fría, más fría se volvió. Más ambicioso. Más vengativo. Más deseoso de demostrar que podía llegar a donde creía sin la ayuda de nadie. Más arrogante. Con un orgullo que le hizo olvidar al que vivía en un pisito a las afueras de Madrid y que cogía el transporte público para ir a trabajar. Este cambio tuyo también ha sufrido una alteración completa de tu imagen. Abandonó el vestuario más clásico de los diseñadores españoles por un estilo más internacional y sofisticado. Las marcas de lujo se han convertido en sus favoritas. También frecuentes retoques cosméticos alteraron sus rasgospero tuvieron el resultado que ella deseaba: detener el tiempo y mostrarla más perfecta, sin arrugas, frente a los demás. Pero una vez más, Letizia fracasó. Se da a sí mismo la imagen de una mujer frívola y fútil.
Su afán por controlarlo todo tampoco ayudó. Se la ve como una buena madre, muy preocupada por sus dos hijas, Demasiado preocupado. Demasiado controlador. Excesivo en la medida en que no deja absolutamente nada fuera del comportamiento y la educación de la princesa Leonor y la infanta Sofía.. Su manejo de todos los escándalos que empañaron el nombre de su cuñada, la infanta Cristina, y el de su suegro, el rey emérito Juan Carlos, también fue visto como una exageración. Aplaudieron su actitud de culpabilizar hechos ilícitos y alejarse, pero no aceptan que exigió que Felipe no pudiera tener una relación más cercana con su familia.aunque no sea la familia perfecta.
Por todo ello, la Reina de España nunca logró ganarse la simpatía de sus súbditos.. Con cada sondeo de popularidad de la familia real, Letizia no puede salir de la mitad de la tabla. Además, es uno de los pocos miembros de la familia real que ha sido objeto de burlas en público. Esto sucedió, sobre todo, en los tiempos que siguieron al altercado que tuvo con su suegra en un día de malos recuerdos para la esposa de Felipe VI. El incidente de la catedral de Palma de Mallorca ha sido noticia y el ex periodista no queda muy bien en el retrato.
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Letizia limpia la frente de su hija tras el beso de su abuela
LA GIRA DE LA REINA
Consciente de su baja popularidad y de la importancia de tener a la gente de su lado, Letizia poco a poco fue cambiando su posición pública.. Sabe que es un instrumento fundamental para el mantenimiento de la monarquía y que quiere que su hija Leonor sea coronada reina, debe trabajar en una mayor aproximación a los españoles. Perspicaz y vanguardista, la reina sabe que debe ser capaz de hablar al corazón de su pueblo. Por eso no dudó en cambiar… otra vez. Ahora, a mejor y en una verdadera acción de marketing.
En los últimos años, la esposa de Felipe VI se ha mostrado más interesada y cercana. Estaba más preocupada por las cuestiones humanitarias y la solidaridad. En varias ocasiones opta por looks más casuales y menos lujosos. Reciclar tu guardarropa es más frecuente. El maquillaje es menos pesado y sus rasgos incluso parecen más suavizados. Parece ser más cómplice de su marido. y ni siquiera puso reparos a que se encontrara con su padre en Zarzuela, un fin de semana en el que el emérito salió de Abu Dabi para apaciguar su nostalgia. También con sus hijas, Letizia parece un poco más liberal. Tanto es así que incluso aceptó que la princesa Leonor traiga a su novio a pasar unos días en Zarzuela durante las vacaciones de Semana Santa. La Infanta Sofía puede incluso pintarse las uñas con un barniz más fluorado, como todas las adolescentes de su edad. Nada de esto será demasiado fácil para la Reina, pero sabe que el sacrificio que hace es por una buena causa: la continuación de la monarquía para que la Princesa de Asturias sea reina en el futuro.
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La familia real española vive momentos de tensión
El resultado de este cambio está empezando a dar sus frutos. Los españoles parecen más entusiasmados con Letizia y las aglomeraciones empiezan a ser frecuentes. Parece que va camino de convertirse en la reina que querían ver junto a Felipe.. Incluso la prensa ‘del corazón’, que no se había solidarizado con el ex periodista, ahora se muestra más favorable a él. Por otro lado, muchas portadas (no solo la de la revista ‘Hola’) alaban la elegancia regia o una actitud menos distante. Motivo suficiente para que la reina Letizia sonría contenta y crea en el futuro.
amará
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