¿Qué esconde el otro lado de la escena? Desde artistas hasta técnicos de sonido, un festival necesita cientos de ellos para funcionar al 100%. El Festival Músicas do Mundo abrió sus puertas para descubrir la magia del evento los días 28, 29 y 30 de julio. Alrededor de 120 participantes aprovecharon la iniciativa, denominada Otra FMM.
“Es una de nuestras iniciativas más antiguas. Es un factor diferenciador, una manera de acercarnos a los artistas, a todo el equipo y al público. Les está permitiendo acercarse a nosotros y entender cómo se hace un festival”, explica Liliana Rodrigues, la responsable de la iniciativa Otras FMM, en conversación con la DN.
Atravesando las puertas «mágicas» del backstage como si fueran técnicos o artistas, familias y grupos de niños se dirigían a la acreditación, el primer paso para cualquiera que llegase al festival. Las guardianas Elizabete y Laura explicaron al grupo de Otras FMM que con una lista de todos los involucrados, imprimen la cédula y entregan una pulsera. Es en esta parte donde compruebas cuántas entradas ya se han vendido y cuántas quedan por vender. A las 15.00 horas de ayer, último día de festival, había que vender 1.199 entradas para que la sala alcanzara un aforo máximo de 6.500.
Todos los responsables de la fiesta son empleados del municipio de Sines que han sido asignados a las funciones. “Yo, por ejemplo, coordino el círculo pedagógico del Centro de las Artes. Hoy mi casa no está en el centro, sino en el castillo”, dijo el gerente al grupo.
En la carpa de producción se manejan todos los temas logísticos relacionados con artistas y equipos. Como, por ejemplo, el pago de los músicos que actuarán, sus vuelos y transporte.
El área de catering de los artistas se encuentra justo detrás del escenario. En esta edición, no ha habido solicitudes especiales de nombres confirmados.
Los principales colaboradores de Músicas do Mundo son las emisoras de radio Antena 1 y Antena 3, que retransmiten los conciertos. La transmisión es desde un puesto ubicado en el lado izquierdo del escenario. Los más jóvenes del grupo pudieron tomar micrófonos y ponerse audífonos, como si estuvieran haciendo un mini show.
Lo que fascinó a Vasco Borges, de 9 años, uno de los niños que participó de la actividad, fue el secreto de lo que hay debajo del escenario: cajas de almacenamiento. «Mira debajo del escenario, los técnicos están arreglando el castillo aquí. Es como Vasco, cuando está arreglando el dormitorio y poniendo los juguetes debajo de la cama», bromea Liliana.
En una parte más escondida hay un salón con vistas a la playa. Es en esta zona donde se realizan las entrevistas y también es el lugar donde los músicos pueden descansar. Un cartel colocado en este espacio muestra todos los nombres que han pasado por el festival desde 1999. Durante la primera edición, la banda Corvos abrió el evento con un pequeño concierto, al que muchos padres de la banda recordaban haber asistido.
La carpa de la Organización, aún entre bastidores, es un servicio imprescindible que se ocupa de todas las necesidades del recinto, incluida la decoración interior y exterior.
Sebastião Teixeira, de 9 años, toca la batería y sueña con tocar algún día en Sines. Fue durante la visita de las Otras FMM, que subían por primera vez al escenario. Padres e hijos aprovecharon para fotografiar el momento. Los instrumentos y accesorios que forman parte de las representaciones se encuentran en un anexo, junto al escenario. En el último día del festival, la alineación tiene 5 bandas y cada una tiene marcas en el piso en diferentes colores, elegidos por la propia banda. Por ejemplo, Omara eligió naranja para las marcas.
«Todos los años siempre tenemos estos niños que dicen que quieren ser artistas. En ediciones anteriores hemos tenido niños llorando cuando suben al escenario. Siempre es una responsabilidad y un momento especial. Creo que ‘hay muchos que, si tienen potencial artístico, lucharán por actuar aquí’, recordó Liliana.
Frente al escenario se encuentra el pasillo, también conocido como el foso, que utilizan los fotógrafos y videógrafos durante los conciertos. En el centro del recinto se encuentra la zona de los técnicos de luz y sonido. Los más pequeños pudieron experimentar de primera mano cómo es el espectáculo de luces de una actuación, pulsando diferentes botones.
La última zona de la visita es el departamento de comunicación, donde se encuentran los periodistas y fotoperiodistas. Espacio dedicado a la producción y redacción de toda la actualidad del festival. Por aquí pasaron unos 80 periodistas de varios puntos de Europa: Portugal, España, Francia, Reino Unido y Alemania.
Participantes de otros FMM
“El padre de Sebastião es parte del equipo técnico. Creo que siempre ha sido interesante conocer el trabajo de cada uno y sus dimensiones. Sabemos que hay mucho más detrás”, dijo Claudia Carrelo, madre de Sebastião Teixeira, que participó de la visita.
Sin embargo, debido a la edad de su hijo, solo asisten a los conciertos de la tarde. “Íbamos más por la tarde porque los niños no tienen resistencia para aguantar hasta tarde. Aprovechamos los conciertos que son para la familia”, subraya.
Ana Carlos, mamá de Vasco Borges, explicó que a pesar de ser de Sines y venir todos los años al festival, solo decidieron participar en las otras FMM. «Finalmente aprovechamos la oportunidad para conocernos».
Vasco considera el concierto de la artista brasileña Bia Ferreira su favorito. «Me gusta la historia y pensé que era interesante que ella hablara sobre la historia. Era la primera vez que escuchaba sobre ella y me gustó».
mariana.goncalves@dn.pt
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