Un mes después de la erupción del volcán Cumbre Vieja, la isla de La Palma en España está irreconocible en algunas zonas, como las Islas Canarias. El volcán continúa escupiendo lava y ceniza.
Con la actividad volcánica, la visibilidad sobre el territorio se vuelve difícil y la cantidad de material que sigue saliendo del volcán es impresionante.
Fue en esta región donde el madeirense Luís Ramos trabajó en una plantación de plátanos, una de las principales fuentes de riqueza de la isla.
El portugués perdió su trabajo y su casa y ahora vive en la casa del jefe de su mujer, con su suegro, su mujer y sus hijos.
Luís Ramos ni siquiera puede identificar dónde vivía.
Treinta días después de que comenzara la erupción, todavía no tiene nada, recurrió a las compañías de seguros y aún no ha recibido respuesta. Ahora solo pide alojamiento, aunque sea temporal.
Volcán
Cumbre Vieja continúa con una intensa actividad, aunque ha entrado en las últimas horas en una fase de «estabilidad y lentitud».
Hoy transcurre sin incidentes. Las autoridades advirtieron en un comunicado que ante el pronóstico de un frente de lava activo llegando al mar, y la probable emisión de más gases nocivos para la salud, podría determinarse un confinamiento de la población en zonas aledañas.
Este río de lava ha acabado, en las últimas horas, disminuyendo su velocidad a sólo dos metros por hora, retrasando unos días más el contacto con las aguas del océano Atlántico.
Hay signos de cierta normalización en la vida cotidiana de los residentes. Las autoridades competentes en materia de educación en Canarias han autorizado la reanudación de clases en los municipios más afectados por el volcán (Tazacorte, Los Llanos de Aridane y El Paso), con un número de alumnos superior al 90%.
La isla de La Palma se ha convertido este mes en uno de los lugares más vigilados del mundo a medida que los científicos profundizan en el conocimiento sobre la evolución del planeta.
Ha sido un mes sin descanso para la gente de la isla, enfrentando una catástrofe social y económica, pero es un alivio que hasta el momento no haya habido muertes como consecuencia de la actividad del volcán. La solidaridad, como el estallido, ha sido constante
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Un mes después del inicio de la erupción, este fin de semana se produjo el mayor sismo (4,6), a una profundidad de 37 kilómetros. Según el Plan de Emergencia Volcánica de Canarias (Pevolca), es posible que vuelva a ocurrir.
La superficie de tierra destruida por el volcán de La Palma es de 811,8 hectáreas, según las últimas cifras publicadas por el sistema de satélites Copernicus de la Unión Europea.
Por otro lado, el número de edificaciones destruidas se estima en 1.956, el número de kilómetros de carreteras afectados es de 64,3, de los cuales 60,5 están completamente destruidos.
El presidente de la comunidad autónoma española de Canarias, Ángel Víctor Torres, dijo que no cree que el final de la erupción en La Palma sea inminente.
Según los científicos, la posibilidad de un debilitamiento de la erupción “no es cercana”, pues aún existen deformaciones en la zona del cono del volcán. No se descarta del todo la posibilidad de nuevos flujos de lava.
«Estamos a merced del volcán, es el único que puede decidir cuándo acaba», ha dicho el presidente de Canarias, asegurando que el «mayor deseo» del archipiélago en este momento es que la fuerza de la volcán comienza a debilitarse.
La actividad sísmica asociada a la erupción volcánica de La Palma se mantiene activa, registrándose diariamente decenas de terremotos, algunos de los cuales son sentidos por la población de la isla.
Aun así, el comité científico, que asesora a las autoridades, atribuye la actividad sísmica a la retroalimentación del volcán en las capas profundas de la tierra y descarta, por el momento, la posibilidad de la aparición de nuevas chimeneas eruptivas en las zonas donde se produjeron los temblores. ocurren a grandes profundidades. .
Histórico
Una semana antes de la primera erupción, comenzó a registrarse en la isla una intensa actividad sísmica, que ya había ocurrido nueve veces desde 2017.
El 14 de septiembre, el Instituto Geográfico Nacional de España (IGN) registró 3.000 eventos sísmicos, incluidos 700 a profundidades de entre 9 y 12 kilómetros.
El 19 de septiembre quedó claro para las autoridades que la actividad sísmica correspondía a una fase previa a la erupción y se inició la evacuación preventiva de residentes con movilidad reducida en los núcleos de riesgo. Ese mismo día se inició la erupción volcánica en Cumbre Vieja, en la isla de La Palma, en el despoblado de Cabeza de Vaca, municipio de El Paso.
Esta es la octava erupción en La Palma desde que se tienen registros históricos y la decimoséptima en Canarias.
Durante el mes que está activo, el volcán se ha reactivado varias veces con diversos grados de actividad explosiva y la emisión de gases tóxicos y cenizas, con más evacuaciones por parte de los residentes.
Las compañías aéreas en ocasiones suspenden operaciones en La Palma a causa de la ceniza.
Según cálculos realizados por el Instituto Vulcanológico de Canarias (Involcan), la erupción volcánica de Cumbre Vieja puede durar entre 24 y 84 días, con una media geométrica de unos 55 días.
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