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Será un «sistema tarifario» sin precedentes que será «sostenible, riguroso y justo». El Gobierno de Pedro Sánchez ha anunciado este martes que todas las autopistas españolas hasta ahora libres comenzarán, a partir de 2024, a tener peaje. Medida puede implicar cobrar un centavo por kilómetro y el objetivo es poder financiar los costos de conservación y mantenimiento de los caminos.
Esta medida afectará más de nueve mil kilómetros de carreteras, atravesando todas las comunidades autónomas. Según El Mundo, la Galicia y Asturias serán las regiones más afectadas, debido a su red vial limitada.
Según las previsiones de El Mundo, las siguientes conexiones con Portugal podrían estar sujetas a peaje:
- la autopista A5 (que une Badajoz con Madrid) y que une Portugal en la comarca de Elvas;
- la autopista A52 (que une Vigo con Villabrázaro) y que une Portugal desde Valença;
- la autopista A62 (que une Ciudad Rodrigo con Burgos) y que une Portugal con la frontera de Vilar Formoso;
- La autopista A49 (que une Ayamonte con Sevilla) y que une Portugal con los alrededores de Vila Real de Santo António.
La ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, ha señalado que están dos planos dibujados, que deberá estar listo antes de 2022, para poder cumplir con los estándares del Plan de Recuperación y Resiliencia. Garantiza que el sistema será completamente “equitativo” y que habrá un “debate” sobre el tema, que incluirá a “agentes de los sectores social, económico y de transporte”.
El primer plano está inspirado en el sistema de peaje portugués, donde cada conductor paga de acuerdo a los kilómetros que recorre. Aquí, todavía nos preguntamos si habrá un mecanismo automático (como con Vía Verde), o si habrá a los operadores a cobrar en las estaciones de peaje.
Sin embargo, según fuentes ministeriales escuchadas por El Confidencial, esta hipótesis plantea un problema: autos con placas extranjeras. Como país que recibe muchos turistas, miembros del gobierno español temen que esto haga difícil de pagar a los que vienen de otros lugares que no sean España.
En cuanto al segundo modelo, cada automóvil tiene una calcomanía que requiere que pague una tarifa determinada, como en Suiza y Austria. Una vez pagado este tipo de impuesto, el los conductores pueden conducir en todas las carreteras del país sin gastar mas.
Esta estrategia también plantea problemas. en primer lugar porque no distingue entre los conductores que usan las carreteras todos los días y los que las usan con poca frecuencia. A continuación, el gobierno español aún no está seguro de cómo pondrá en marcha un mecanismo de control para verificar que los coches tengan la pegatina, dado el uso de cámaras de lectura de matrículas.
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