Las vecinas Francia y España han vivido una ola de calor en los últimos días, amplificada por la emergencia climática, que puede llegar a alcanzar picos de 40°C y ya ha provocado incendios.
Cerca de una cuarta parte del territorio francés está bajo vigilancia este jueves (16), y el termómetro debería alcanzar los 40°C, después de días de temperaturas entre 30°C y 35°C. La ciudad de Burdeos ha instalado nebulizadores en lugares llamados «hornos», y Lyon ha ampliado el horario de apertura de los parques.
Según el meteorólogo Olivier Proust, del Servicio Meteorológico Nacional, además de la crisis climática, la onda reciente tiene su origen en el estado del suelo tras una primavera e invierno muy secos en la región.
Esta es la cuarta vez que París adopta el esquema de zona roja de vigilancia desde 2003, cuando el sistema se puso en marcha tras una histórica ola de calor que, según datos del diario Le Monde, provocó la muerte de más de 15.000 personas. , especialmente los ancianos, en el país.
En España, donde los termómetros ya han alcanzado los 40°C en algunos lugares, la situación es aún más preocupante. Tres incendios forestales han arrasado desde el miércoles 1.600 hectáreas de pinos y arbustos en el este del país. Cientos de bomberos intentan controlar las llamas con más de 120 camiones y 19 aviones en Baldomar, Corbera d’Ebre y Castellar Ribera, según los bomberos de Cataluña.
La Agencia Meteorológica Nacional pronostica que la ola de calor debe durar hasta el próximo sábado (18). España vivió el mayo más caluroso desde principios de siglo y ya ha vivido cuatro episodios de olas de temperatura extrema en los últimos diez meses.
Esto, sin embargo, se consideró la primera ola de calor en el país en alrededor de 40 años. Los meteorólogos dijeron que la sensación térmica podría verse exacerbada por la presencia de arena en el aire procedente del Sahara.
Hasta principios de mes, la superficie quemada en el país era un 34% inferior a la del mismo periodo de 2021 y la más baja desde 2018. Pero desde la semana pasada, la conjunción de calor y viento ha multiplicado los incendios en territorio español. . Incluso las temperaturas nocturnas son altas, entre 20°C y 25°C.
Aún así, cientos de fieles y turistas llenaron Toledo este jueves para participar en la tradicional procesión de Corpus Christi, con termómetros que alcanzaron casi los 40 ° C durante el evento. La ciudad donó 10.000 botellas de agua a los ciudadanos e instaló lonas para protegerlos de las altas temperaturas.
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