El ministro de Hacienda, Fernando Medina, admitió este martes que estaba analizando la propuesta española de gravar los beneficios extraordinarios de las empresas con la crisis actual. Bruselas ha autorizado la aplicación de un impuesto sobre los beneficios extraordinarios, pero hasta el momento Portugal no ha presentado ninguna propuesta al respecto.
“Esta tributación de los sectores que pueden beneficiarse de los llamados beneficios extraordinarios, que surgen de esta circunstancia de precios elevados, es algo que está recogido en las directrices de la Unión Europea y algo que todos los Estados miembros han observado con atención”. declaró Fernando Medina, al término de la reunión del Ecofin en Bruselas.
Italia fue el primer país en proponer el llamado «impuesto excepcional» sobre los beneficios de las empresas energéticas, pero, según el ministro de Hacienda, trasponer este modelo a Portugal «no sería efectivo». «No creo que, en el caso de Portugal, esta iniciativa corresponda a un volumen [de receita arrecadada] con significado. De hecho, las cifras mostradas fueron muy bajas en términos de ingresos, con la réplica de la iniciativa italiana”, dijo. En el caso de España, se anunció este martes que el país vecino avanzará con un impuesto excepcional en el sector energético y bancario, como estrategia para reducir el impacto económico de la guerra en Ucrania y la creciente inflación. El nuevo impuesto pretende recaudar 7.000 millones de euros durante los dos años de aplicación de la medida.
Preguntado por la posibilidad de replicar el modelo en Portugal, Fernando Medina ha destacado que el Gobierno portugués está atento y estudiará «todas las medidas».
“Esperaremos a ver los detalles de la presentación que haga el Gobierno español. Es una iniciativa en el marco de la coordinación europea, pero, de momento, no conozco ninguna medida fiscal en el ámbito europeo que haya sido efectiva desde desde el punto de vista del volumen de ingresos a recaudar”, dijo.
Medina quiere una tributación ‘proporcional, adecuada y efectiva’ a las ganancias
Fernando Medina insistió en que «si hay sectores que presentan beneficios extraordinarios derivados de esta situación concreta, no pueden beneficiarse de esta situación sin compartir los costes sociales que esta situación genera». Pero “debe hacerse de manera proporcionada, adecuada y eficiente, es decir, debe resultar en un ingreso significativo para ser transferido a los ciudadanos”.
El supuesto de que las ganancias corporativas extraordinarias serán gravadas fue admitido por el ministro de Economía, António Costa e Silva, en abril. «Probablemente considere un impuesto, un impuesto sobre las ganancias inesperadas, por las ganancias inesperadas aleatorias que obtienen», dijo en ese momento.
Después de eso, el ministro aclaró que el impuesto a las ganancias empresariales inesperadas sería solo una «solución de último caso» que podría implementarse, si el gobierno lo considera conveniente.
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