La incertidumbre electoral apunta a una mayor inestabilidad política en España – Noticias

El próximo domingo (28), España celebrará elecciones parlamentarias por tercera vez en poco más de tres años, sin perspectivas de poner fin a la inestabilidad política que comenzó en 2015, ya que la elección se considera la más disputada e impredecible de todas. últimas cuatro décadas.

El grado de incertidumbre es tal que los partidos piden limosna a los indecisos, que representan entre el 30 y el 40% de los votantes, según las encuestas, ya los abstencionistas. Quién acabará gobernando «dependerá de un puñado de votos», dijo a Efe María José Canel, catedrática de comunicación política de la Universidad Complutense de Madrid.


A ello también contribuye el sistema electoral español, que perjudica a los partidos con menos votos en las provincias pequeñas, aquellas en las que se eligen cinco o menos diputados en cada caso.

El único elemento que parece seguro es que los socialistas ganarán las elecciones por mayoría simple, según todas las encuestas, lo que, sin embargo, no les garantiza la continuidad en el Gobierno. Otra certeza, el partido de extrema derecha Vox, fundado en 2013, obtendrá por primera vez representación parlamentaria.

En un parlamento que, según todos los indicios, estará muy fragmentado, la clave de un eventual pacto de gobierno podría estar en partidos minoritarios pero decisivos, como los separatistas catalanes y los nacionalistas vascos, e incluso Vox.

«Los niveles de lealtad de los votantes en los partidos se están debilitando. Por eso tenemos tanta volatilidad (electoral)», explicó a Efe Irene Delgado, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).


Del bipartidismo al multipartidismo

Durante varias décadas, dos grandes partidos de centro-izquierda (Partido Socialista, PSOE) y centro-derecha (Partido Popular, PP) se han alternado en el gobierno de España, con el apoyo esporádico de las minorías vasca y catalana.

Este imperfecto bipartidismo llegó a un abrupto fin en las elecciones de diciembre de 2015, cuando otros dos partidos nacionales entraron con fuerza en el Congreso de los Diputados: Podemos (por la izquierda) y Ciudadanos (por la derecha).

Como resultado, las negociaciones y alianzas parlamentarias para gobernar se hicieron imposibles y se requirieron nuevas elecciones en junio de 2016.

El PP ganó estas dos convocatorias electorales, pero con resultados bastante alejados de la mayoría absoluta obtenida en 2011. Finalmente, el entonces líder conservador, Mariano Rajoy (PP), fue reelegido jefe de Gobierno en 2016 gracias a una acuerdo con Ciudadanos y la abstención de gran parte de los diputados socialistas.

La inestabilidad, sin embargo, volvió a hacerse patente el 1 de junio de 2018, cuando el socialista Pedro Sánchez destituyó a Rajoy al proponer y conseguir la aprobación de una moción de censura parlamentaria con el apoyo de Podemos, separatistas catalanes y nacionalistas vascos.


Campaña difícil, acuerdos inciertos

El Congreso de España rechazó en febrero la propuesta socialista para los presupuestos del Estado de 2019, y Sánchez tuvo que convocar elecciones para el 28 de abril porque su partido carece de fuerza en el parlamento, con solo 84 de 350 escaños.

La campaña electoral había comenzado, sin embargo, muchos meses antes, con mensajes políticos más emotivos que racionales e intercambios de acusaciones y ataques virulentos entre derecha e izquierda, y también entre partidos del mismo bloque, a menudo por las tensiones separatistas en Cataluña.

“Esta es quizás una de las campañas (electorales) más intensas que hemos tenido por una razón fundamental: la gran incertidumbre sobre los resultados”, dijo la profesora María José Canel.

También es la primera vez que cinco partidos nacionales -PP, PSOE, Podemos, Ciudadanos y Vox- tendrán una presencia relevante en el parlamento, según todas las encuestas.

En este entorno, según Canel, «lo más seguro es que el PSOE tendrá más votos que los demás y que Vox entrará con la representación suficiente para fragmentar la derecha».

Las encuestas indican que los socialistas ganarán alrededor del 30% de los votos y más de 100 diputados. La clave de la victoria, por tanto, está en el número de escaños adicionales necesarios para obtener la mayoría absoluta (176) o acercarse a ella, y con quién se formen alianzas.

Una de las muchas posibilidades sería un acuerdo entre el PSOE y Podemos, pero probablemente ambos necesitarían el apoyo de los separatistas catalanes, que reclaman un referéndum de «autodeterminación», y no hay certeza de que pueda haber un convenio.

Otras incógnitas son el resultado del opositor PP, que es el partido mayoritario hasta el momento, con 134 escaños, pero se disputa el voto de la derecha con Vox y Ciudadanos, y si estos tres sumarían suficientes diputados para gobernar en coalición.

Según Canel, el resultado se determinará en 99 escaños, en referencia a los distritos electorales menos poblados, donde se eligen pocos diputados.

Dans ces circonstances, la professeure Irene Delgado revendique la prudence : «C’est un peu hâtif de parler d’ingouvernabilité car (…) il peut y avoir différentes formules pour que, d’une certaine manière, se forme un gouvernement stable en el tiempo».

También habrá que saber el número de diputados de cada fuerza política para ver si tiene sentido un gobierno de coalición o de un solo partido con el apoyo parlamentario de los demás.

“El panorama es demasiado abierto para que nos arriesguemos a hacer predicciones. Solo podemos garantizar que no habrá ningún escaño que, por sí solo, obtenga la mayoría absoluta”, estimó Delgado. CEPE

Eufémia Veras

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