Kosovo presentará oficialmente su solicitud de ingreso en la Unión Europea (UE) el próximo jueves, anunció hoy la televisión pública RTK, que tuvo acceso al documento oficial de la petición.
Según el sitio RTK, el viceprimer ministro Besnik Bislimi se encuentra en Bruselas para monitorear la iniciativa, pero menciona que aún se desconocen varios detalles sobre cómo se presentará la solicitud, debido a que cinco estados miembros de la UE – España, Rumania , Grecia, Eslovaquia y Chipre- no reconocen la independencia de Kosovo.
La antigua provincia de Serbia declaró su independencia en 2008, inmediatamente reconocida por los Estados Unidos y, gradualmente, por la mayoría de los países occidentales.
Aparte de Serbia, China, India, Brasil, Rusia y Sudáfrica, entre otros países, tampoco han legitimado la independencia de Kosovo.
En Belgrado, el ministro de Relaciones Exteriores de Serbia, Ivica Dacic, dijo que su país intentará impugnar la solicitud de Pristina.
«Estamos intentando pedir a los Estados miembros de la UE que no han reconocido [independência do] Kosovo para cuestionar este tema y en relación con su estatus, en la perspectiva de que no hay condiciones para que sea un tema de debate”, dijo Dacic.
La formalización de la solicitud de ingreso en la UE coincide con nuevas tensiones entre Pristina y Belgrado con un nuevo bloqueo de carreteras en el norte de Kosovo por parte de la población local serbia, que denuncia las crecientes medidas discriminatorias del gobierno kosovar.
RTK señala que el Acuerdo de Estabilización y Asociación de Kosovo con la UE está en vigor desde abril de 2016 y que Kosovo es el único país de los Balcanes Occidentales que aún no ha solicitado la adhesión.
También revela que el documento de solicitud de ingreso asegura que «la integración en la UE era un objetivo estratégico para Kosovo» y que el país está comprometido con las reformas exigidas por Bruselas.
También asegura un fuerte apoyo de la mayoría de la población a esta iniciativa, en el territorio donde predomina la etnia albanesa entre los aproximadamente dos millones de habitantes.
El texto también indica que se han realizado «intensos esfuerzos» para fortalecer la democracia, el Estado de derecho, la lucha contra la corrupción y el crimen organizado, y los derechos humanos y de las minorías, alegato sistemáticamente cuestionado por la minoría serbokosovar.
“Facilitar el camino hacia el estatus de candidato para Kosovo sería una clara confirmación por parte de la UE de que se reconocen los esfuerzos del país (…)”, prosigue el texto.
Pristina también afirma estar comprometida con el diálogo para normalizar las relaciones con Serbia, centrado en el «reconocimiento mutuo de la soberanía».
Desde 2011, la UE asume el papel de mediador en el complejo diálogo entre las dos partes, que mantienen posiciones diametralmente opuestas sobre el estatuto de Kosovo, en un escenario de continuas crisis y tensiones.
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