España espera que pronto se haga realidad la conexión gasista con Centroeuropa

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, expresó este martes (16) la esperanza de que el gasoducto encargado de unir la Península Ibérica con Europa Central a través de Francia sea «pronto» una realidad.

Europa atraviesa una crisis energética porque se ve obligada a reducir su dependencia del gas ruso, debido a la guerra en Ucrania.

Rusia ya ha reducido sus entregas y los países compradores intentan garantizar su suministro para no sufrir escasez de gas y electricidad en invierno, en un contexto de subida de precios.

«España tiene mucho que aportar para que Europa reduzca su dependencia energética de Rusia, gracias a nuestra inmensa capacidad de regasificación», dijo Sánchez durante una visita a la isla de La Palma, en Canarias situada al suroeste del país.

España cuenta actualmente con seis terminales de gas natural licuado (GNL) para devolver el gas transportado en estado líquido en grandes buques tanque a estado gaseoso y luego inyectarlo en su red de gasoductos.

Sin embargo, el país tiene solo dos conexiones de baja capacidad a la red de gas francesa, lo que limita su capacidad actual para actuar como conducto para impulsar las importaciones de gas de la UE.

El canciller alemán, Olaf Scholz, dijo la semana pasada que un gasoducto que una la Península Ibérica con Europa a través de Francia podría ser «una gran contribución» para aliviar las crisis de suministro. Sus declaraciones fueron bien recibidas por Madrid y Lisboa.

Madrid lleva años defendiendo la idea de un gasoducto a través de los Pirineos catalanes hasta Francia para aumentar drásticamente la capacidad de transferencia y ha insistido en que dicha conexión podría construirse en unos meses.

«Es algo que el Gobierno de España lleva mucho tiempo pidiendo y exigiendo a Europa (…) y esperamos que pronto podamos alcanzar este sueño», dijo Sánchez.

El nuevo oleoducto sería similar al extinto proyecto MidCat, que estaba destinado a unir España con Francia, pero se estancó en 2019 por la oposición de los grupos ecologistas y la falta de financiación.

Enags, el operador español de la red de gas, dijo la semana pasada que podría tener listo el tramo español del gasoducto en «ocho o nueve meses».

Fuentes familiarizadas con el proyecto dijeron que inicialmente solo transportaría gas natural, pero eventualmente cambiaría a hidrógeno.

ENAGAS

Francisco Fallas

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