El Frente Polisario acusó ayer a España de haber cometido un «grave error» al cambiar de posición y apoyar la propuesta marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental. Marruecos considera al Sáhara Occidental, antigua colonia española rica en recursos de fosfatos y con acceso a aguas atlánticas aptas para la pesca, como parte integrante de su territorio.
Los separatistas, ahora con base en Argelia, tomaron las armas en la década de 1970 y exigieron un referéndum de autodeterminación basado en un acuerdo de la ONU de 1991 que incluía un alto el fuego.
El viernes, el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, aseguró que la propuesta de Marruecos de 2007 de dar autonomía al Sáhara Occidental era «la base más seria, realista y creíble» para poner fin a una disputa sobre este vasto territorio que se arrastra desde hace décadas. Este cambio de postura del excolonizador provocó la ira del Frente Polisario que, en un comunicado de prensa publicado ayer por la noche, admitió estar «sorprendido» por la decisión del Gobierno de Madrid.
Hasta ahora, España ha tratado de parecer neutral hacia el Sáhara Occidental, una región en gran parte desértica del tamaño de Gran Bretaña. “La posición expresada por el Gobierno español contradice totalmente la legitimidad internacional”, garantiza el movimiento separatista. Y el Polisario incluso llamó a los partidos políticos españoles a “presionar al gobierno para corregir este grave error”. Y añade en el mismo comunicado: «Naciones Unidas, la Unión Africana, la Unión Europea, la Corte Internacional de Justicia, la Corte Europea de Justicia y todas las organizaciones regionales no reconocen la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental».
A principios de este mes, Estados Unidos reiteró su apoyo al plan de autonomía de Marruecos para el Sáhara Occidental. “Seguimos considerando el plan de autonomía de Marruecos como serio, creíble y realista”, aseguró la subsecretaria de Estado estadounidense, Wendy Sherman, durante una visita a Rabat, la capital marroquí.
A fines de 2020, la administración de Donald Trump reconoció que la cuestión de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental era un quid pro quo en los esfuerzos por restablecer las relaciones entre el reino e Israel. El acuerdo entre ambos países ha reavivado las tensiones con Argelia. La administración de Joe Biden no revirtió la decisión de Trump.
embajador llamado
Por su parte, Argelia ha retirado a su embajador en Madrid, llevándolo de vuelta en señal de descontento con la decisión del Gobierno español respecto al Sáhara Occidental. Un comunicado del Ministerio de Exteriores argelino denuncia este «brutal revés» de la posición española. En el mismo documento, la diplomacia argelina indica que «totalmente sorprendidas por las declaraciones de los más altos cargos del Gobierno español sobre el tema del Sáhara Occidental y sorprendidas por el levantamiento de los antiguos colonizadores, las autoridades argelinas han decidido retirar al embajador a Madrid para consultas, con efecto inmediato».
España ha disfrutado de buenas relaciones con Argelia y el año pasado importó más del 40% de su gas natural del país norteafricano. Las relaciones entre Madrid y Rabat, que controla dos tercios del Sáhara Occidental, han sido más tenues.
En abril de 2021, la decisión de permitir que el líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, buscara tratamiento en un hospital español provocó una dura respuesta de Marruecos. Al mes siguiente, miles de migrantes asaltaron la frontera de Ceuta, enclave español en Marruecos, aprovechando la retirada de los guardias fronterizos marroquíes y consiguiendo cruzar a territorio de la Unión Europea.
Ahora, Rabat se apresuró a saludar el cambio de Madrid como ‘constructivo’.
Preguntado por AFP, Bernabe López, catedrático de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Autónoma de Madrid, explicó que el tema migratorio es el mayor incentivo para cambiar la posición de España. «Madrid quiere que los guardias fronterizos marroquíes ejerzan ‘un mayor control y no este descontrol’ sobre quién entra en Ceuta.
En el Sáhara Occidental, una fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU permanece sobre el terreno con la misión de supervisar la implementación del alto el fuego de 1991, pero este colapsó en noviembre de 2020 cuando el Polisario lo declaró nulo y sin efecto. Marruecos había enviado sus fuerzas para reabrir la carretera que lo conecta con Mauritania, lo que llevó al Polisario a reanudar lo que llama una «guerra de autodefensa». En febrero de este año, los separatistas afirmaron haber matado a 12 militares marroquíes, coincidiendo con la visita a la región del enviado de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, que intentaba relanzar las negociaciones de paz.
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