El Parlamento español aprobó este jueves medidas contra los efectos económicos de la guerra en Ucrania en una votación en la que votaron en contra algunos socios tradicionales del Gobierno, como un partido independentista catalán, por un asunto de escuchas telefónicas.
La propuesta del Ejecutivo fue «salvada» en el último momento por el pequeño partido vasco de izquierdas regionalista y separatista EH Bildu, que votó a favor porque «no le corresponde al pueblo pagar los graves errores de este Gobierno».
El proyecto de ley fue aprobado con 176 votos a favor (de un total de 750 diputados), 172 en contra y una abstención.
El paquete de medidas aprobado está valorado en 16.000 millones de euros, incluidos 6.000 millones de euros en ayudas directas y 10.000 millones de euros en garantías de crédito estatal para empresas y autónomos.
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El plan pretende contener, sobre todo, los efectos de la inflación que, tras la invasión rusa de Ucrania, subió en España hasta casi el 10% en marzo, mientras que en abril cayó hasta el 8,4%.
El Gobierno de coalición de izquierdas, formado por los socialistas del PSOE y el grupo de izquierdas Unidas Podemos, no tiene mayoría suficiente en el parlamento, por lo que debe negociar el apoyo a cada una de las leyes o medidas que presenta de forma muy fragmentado. cámara, con una quincena de partidos representados.
El ejecutivo minoritario está tradicionalmente respaldado por una serie de partidos nacionalistas, regionalistas y de izquierda más pequeños, pero en esta votación careció del apoyo de 13 diputados del mayor de ellos, Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), que apoya la independencia de Cataluña. esta región española.
Esta agrupación es muy crítica con el ejecutivo, después de que los servicios de inteligencia españoles revelaran una supuesta trama de escuchas telefónicas a los líderes del independentismo catalán entre 2017 y 2019, durante las cuales el parlamento autonómico catalán aprobó una declaración ilegal de independencia y posteriormente la líderes de este movimiento fueron condenados a penas de prisión.
Ante la negativa de ERC, el Gobierno intentó recabar la ayuda del Partido Popular (PP), principal grupo opositor de derecha, que acabó votando en contra de la propuesta, tras ser rechazadas las medidas que pedía a cambio.
El PP, que tiene desde principios de abril un nuevo líder, Alberto Núñez Feijóo, un político más conciliador, ha reclamado que la futura ley incluya una rebaja fiscal para las rentas medias y bajas, una rebaja del IVA de la electricidad, medidas para racionalizar el gestión de los fondos europeos y reducción de los gastos burocráticos.
Las medidas aprobadas aseguran una reducción de los impuestos sobre la factura de la luz, una subvención para la compra de combustibles, un aumento de la renta mínima garantizada y un apoyo directo al transporte, la agricultura, la pesca y las industrias intensivas en energía.
La mayoría de estas medidas ya han entrado en vigor y si el proyecto no se aprueba, supondría un golpe muy importante para el Gobierno español con consecuencias difíciles de prever.
El independentismo catalán exige la dimisión de la ministra de Defensa, Margarida Robles, a la que considera principal responsable del presunto espionaje ilegal a decenas de sus dirigentes mediante la instalación del software ‘Pegasus’ en sus teléfonos móviles, denunciado en el informe del Grupo Citizens Lab, vinculado a la Universidad de Toronto (Canadá).
Según este documento, al menos 65 activistas catalanes fueron espiados entre 2017 y 2020, entre ellos el actual presidente autonómico catalán Pere Aragonês (entonces vicepresidente de la región), los expresidentes autonómicos Quim Torra y Artur Mas, entre los personas interesadas. así como eurodiputados, parlamentarios regionales y miembros de organizaciones cívicas independentistas.
El expresidente autonómico Carles Puigdemont, que huyó a Bélgica en octubre de 2017 para escapar de la justicia española, no fue espiado directamente, pero sí muchos miembros de su familia, incluida su mujer, según el grupo canadiense.
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